Ya ha pasado el verano y con él, termina una de esas épocas del año, junto con la Navidad, en la que cualquier exceso nos parece poco, porque esta vida hay que vivirla y a una caña a la fresquita no se le dice que no.
Tras estas semanas de vacaciones y buen tiempo, la realidad que nos solemos encontrar se repite año tras año: kilos de más, malestar con lo ocurrido, pérdida de rendimiento entrenando y estrés añadido al que ya teníamos antes de las vacaciones.
En este post no vamos a paliar esto con un zumo Detox, pero es importante sentar las bases de lo que debe ser una dieta saludable y relativamente fácil de seguir. Recuerda que una correcta alimentación, junto con unos buenos hábitos de vida y el entrenamiento -de eso ya nos encargamos nosotros, no te preocupes 😉- te permitirán mejorar tu salud, rendimiento y apariencia física más allá de donde te imaginas.
No caigas en la parálisis por análisis
Me encanta este concepto. Aplicado a la nutrición y la vida saludable es el equivalente a no empezar a comer sano porque no te queda claro cuántas cucharadas de semillas de chía necesitas para ponerte fuerte -ninguna-.
En multitud de ocasiones se tiende a postergar la toma de acción por una falsa y deshonesta necesidad de hacer las cosas perfectas. ¿Y por qué deshonesta? Pues porque todos sabemos empezar a comer más fruta y verdura, eliminar dulces y comida envasada y cocinar lentejas y pescado al horno en vez de palitos fritos de pescanova.
¿Esto estará perfectamente adaptado a tus necesidades? Pues obviamente no; eso solo podrá hacerlo un nutricionista, pero si no te lo puedes permitir, empieza por hacerlo sencillo.
Come comida casera y de calidad
Como mencionaba antes, para seleccionar tus alimentos céntrate en aquello que sabes que es saludable: frutas, verduras, hortalizas, carne y pescado, huevos, lácteos naturales, legumbres, frutos secos, aceite de oliva virgen extra...
Una vez que tengas tu compra saludable lista usa técnicas de cocina poco agresivas: sin aceites a altísimas temperaturas ni emborrizar los alimentos en harinas ni ultraprocesados. Saltea, cuece, guisa, hornea y hazlo sencillo y sabroso. Aprende a ajustar las especias a tu gusto y recréate con cada plato.
Ya tenemos la base lista. Vamos a ir puliendo poco a poco. Está genial basar tu alimentación en comida real, pero el cuerpo necesita de algunos tipos de alimentos más que de otros. Hoy en día podemos pasear por un supermercado y llenar el carrito únicamente de frutas distintas. O solo de carnes y pescados. O de grasas de altísima calidad.
A priori esto son todo ventajas, pero cuando rompemos con lo que la naturaleza nos ofrece por sí sola y además no tenemos nociones sobre nutrición, esto puede dar pie a subestimar las calorías que consumimos.
Veamos un ejemplo:
-Oye vamos a cenar ensalada, ¿qué le ponemos?
-Pues échale la lechuga y el tomate y ahora le pico yo un aguacate. Saca también las aceitunas y el huevo duro.
-Alíñala con un chorrito de aceite y eso, ¿no?
-Venga, pícale también unas nueces y 2 medalloncitos de queso de cabra.
- Okey, cuando la termines te la llevas para la mesa que voy a ir poniendo el pollo a la plancha.
¿Qué sano verdad? Por supuesto, pero también, dependiendo de multitud de factores, puede que en esa cena sobren grasas saludables y proteínas, pero también puede que falten hidratos de carbono. El exceso de los 2 primeros no te permitirá perder peso. El déficit del segundo no te permitirá rendir en tu entrenamiento ni actividad física diaria.
Aprender poco a poco conceptos básicos de nutrición -un nutricionista también debe ayudarte a esto si se lo pides- te ayudará a mejorar tu relación con la comida y no depender de por vida de un papel con una dieta cerrada y estricta.
...y los macronutrientes también
De forma breve: los macronutrientes son las principales fuentes de energía y recursos que tu cuerpo obtiene de los alimentos. Tenemos 3 principales: proteínas, hidratos de carbono y grasas, aunque también podríamos diferenciar el alcohol y la fibra dietética.
El equilibrio de estos macronutrientes debe determinarse en función de las necesidades individuales de cada persona -este es uno de los motivos por los cuales no recomiendo en absoluto hacer dietas generalistas de internet-. Estas necesidades varían por multitud de factores tanto entre individuos como en un mismo sujeto a lo largo del tiempo. El deporte que realizas, tu peso, tu objetivo o tu genética son algunos de los muchos factores que influyen en esto.
-Vale me estoy agobiando, ¿y cómo mido eso?
Tratemos de hacerlo sencillo:
➡Las proteínas componen tus órganos más preciados. Como poco, ten una ración de proteínas de alta calidad (carne, pescado, mezclas de legumbres y cereales…) en cada comida principal.
➡Las grasas son necesarias para el correcto mantenimiento de huesos, sistema inmune y cerebro, por ejemplo. También constituyen una importante fuente de energía. Procura cocinar con aceite de oliva virgen extra y añadir 2-3 porciones diarias de grasas saludables, como aguacate, huevos o frutos secos.
➡Los hidratos de carbono son la fuente de energía favorita de nuestro cuerpo. Elige aquellos que conoces como saludables (frutas, tubérculos, cereales integrales…) y ajústalos en función de tu actividad y entrenamiento físico. Si eres una persona sedentaria, seguramente debas limitarlos a las frutas y alguna porción diaria mientras que si eres activo y deportista ¡no les tengas miedo!
PD.: No, no engordan más de noche que de día.
Esto no es fácil
Si a estas alturas del post ya sabes que se te va a hacer cuesta arriba comenzar a comer bien, te recomiendo encarecidamente que busques el asesoramiento de un buen nutricionista.
Hoy en día, donde la publicidad tiene más ciencia detrás que muchas medicinas y la industria alimentaria copa los supermercados de ultraprocesados ultra-hiper-mega deliciosos, adictivos y baratos siento reconocer que es muy fácil tener sobrepeso o malnutrición.
A la par, cada día hay más “soluciones” ante estos problemas: apps que clasifican productos, influencers que “regalan” guías de nutrición, suplementos dietéticos, etcétera. Pero por mucho que una parte de la industria se posicione contra la otra, la realidad es que esto no suele ser más que un espejismo en el desierto, lo que termina por frustrar cada vez más a la población general por no conseguir sus resultados.
Al igual que en matemáticas se puede aprender lo básico con poco más que interés y un par de buenos libros, en nutrición se puede aspirar incluso más siguiendo esta regla. Si pasados un par de meses las cuentas no te salen…¡consulta a un profesional! tu cuerpo te lo agradecerá.